Corrí como nunca antes lo había hecho. Me daba igual quien estuviera en la calle, con quien me tropezara. Todo me daba igual. Ahora tenía que encontrar a Sara, y por fin sabía donde estaba.
---------------------------10 años antes--------------------------------
-¡Sara, esperáme!- gritó aquella niña rubia, intentando seguir el ritmo de su amiga.
- Vamos, Cor, ya queda poco. Además mi mamá y la tuya se irán a casa - dijo, y siguió corriendo.
Llegaron a una cueva. Bueno, a una de las tantas que había por esa zona.
Sara se detuvo.
- Mira Cor, que bonita es.
- Alaa. Que chuli.
- La descubrí con mi papá. Pero ahora es nuestra. ¿Cómo la llamamos?
Cornelia miró a su alrededor. Era muy bonita, poco iluminada pero bonita. Lo poco que se veía iluminado por la boca de entrada y salida eran unas paredes y rocas en ellas. Estaba anocheciendo, por lo que la cueva adoptaba un color azulado.
- La Cueva Azul. Por lo azul que es-y se echaron a reir y a jugar al "pillado".
El juego les duró poco, enseguida llegaron sus mamás.
- Otro día vamos a descubrir lo que hay dentro, ¿vale Cor?
- Nosé, me da un poco de miedo.
- Pero irás conmigo.Prometeme que vendrás.
- Lo prometo.
Y se dieron la mano, ajenas a lo que pasaría años después. Como dos niñas obedientes.
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No podía parar de correr. Atravesé la ciudad, las calles, las tiendas. Y en la mayoría había descuentos, pero eso no me importaba, solo quería encontrar a Sara.
Por fin llegué a aquella cueva. Esperaba que Sara estuviera dentro.
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