Capítulo 8.

Al oir esas palabras se me paralizó el corazón. Mi madre había desaparecido. ¿Qué hago yo? Piensa, Cornelia, piensa. Entonces llamaron a la puerta. Fui a abrir. No había nadie solo un papel en el suelo. Estaba escrito a ordenador. Ponía:
"Si a tu madre quieres encontrar,
la chulería te has de quitar"
¡¡¡Sara!!! Tenía que encontrarla. ¿Dónde estaría? Su padre me contó que ella dijo que estaba en una cueva azul.
-Papá voy a buscar a Sara- le dije con lágrimas en los ojos. Sara, mi madre....¿quién sería el próximo en desaparecer?
Salí tan rápido por la puerta que me choqué con Samuel.
- ¿Dónde vas tan rápido?
- Y a ti que te importa, ¿ahora te tengo que dar explicaciones? -entonces me acordé de la nota -digooo....estoo.... tengo prisa.
-Eso ya lo veo.
- Mira Samuel me tengo que ir, adiós.
Tenía que encontrar a Sara. Ella era la única que podía ayudarme.
Busqué por todas las tiendas, calles, comercios que contenían la palabra "azul" y "cueva". Busqué por las tiendas de chocolate, sus favoritas. Por las de ropa y complementos. En fin, la busqué por toda la ciudad, pero no la encontraba.
Estaba destrozada, no sabía que hacer; mi orgullo me decía que me fuera, que dejara que las cosas se solucionaran solitas. Por otra parte yo sabía que esto era culpa mía, por no haber mandado la estúpida cadena.
No podía más, me senté en un banco y me eché a llorar. Alguien se sentó a mi lado. Era Samuel que por lo visto me había estado siguiendo.
- Caray, Cornelia nunca te he visto llorar, ¿qué ocurre?
- Déjame. No lo entenderías.
- Cornelia De Marco Fernández, te conozco desde que estábamos en las barrigas de nuestras madres. Siempre hemos sido amigos, hasta que te dio el rollo de ir de chula. Aún así siempre has contado comigo y contarás. Eso ya lo sabes.
- Mira Samuel...- le miré a la cara. Parecía que no se iba a burlar de mi- Sara me envió una cadena que si no la pasaba mi madre iba a desaparecer. Me estuvo dado la tabarra durante tres días pero no me dió la gana pasarla. Ayer me llegó un papel a casa, mira este- dije entregandole el papel- Sara no vino al instituto y fui a su casa a buscarle. Sus padres creían que estaba conmigo en una tal "Cueva Azul". Mi madre ha desaparecido, Sara también. No sé donde está, la busco y no la encuentro. No se que hacer- le conté evitando el papelito de esta mañana.
- Si que es raro Cornelia. No te preocupes yo te ayudaré a buscarla.- dijo él, como si entendiera todos mis problemas- Piensa, ¿nunca te ha hablado de una tal "Cueva Azul"?
- No- dije
- ¿Ni cuando eráis pequeñas? Piensa, seguro que sí.
Entonces caí.
- ¡Ya sé! ¡Ya sé donde está!- Y eché a correr con Samuel pisándome los talones, camino de encontrar a Sara.

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