Recreo, por fin.
-Cornelia,¿ te apetece ir a la cafetería?Yo te invito.
-Lárgate Pedro.
-Cornelia, me tienes que decir tu secreto- me suelta de repente Claudia- ¿cómo haces para que todos los chicos se fijen en ti?
-Mira Claudia, aunque te lo digas vas a seguir con ese hortera de tu novio.
Claudia se calló.
-Mira Cornelia-dijo de repente Sara- Yo creo que esa cadena si que deberías pasarle, que sé que te he enviado muchas pero esta es verdad.
-¡Sara cállate ya!¡Déjame en paz con la cadenita!
-Vale- dijo tímidamente- pero si se cumple se como anular las consecuencias- y se fué.
-Ya no la soportaba más-dije calmándome- Vamos a clase de Historia, Claudia.
Riiing, justo sonó el timbre cuando íbamos a entrar. Empezó la clase. Recibí otra nota de Sara.
"Mira que es berdad la cadena"
Ya no podía más, aparte de soportar su pesadez tenía que soportar sus faltas de ortografía.
-¡¡Sara, me quieres olvidar!!- grité mientras Teresa, la profesora explicaba.
-Cornelia, ¿tienes algún problema?
-Pues sí profe, y es que Sara está obsesionada con lo de la cadena y no me deja en paz. No para de molestarme para que mande una cadenita. Es una P-E-S-A-D-A.
-Bueno Cornelia, todos tenemos algún defecto y ella es pesada pero tú tendrás otros defectos.
-Pues resulta que no profe.
-¿Ah no?Vamos a averiguarlo
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