-Cornelia, baja inmediatamente.
-Sí, mamá.
-Y no te olvides de los apuntes de lengua de Javier, que los tienes encima de la mesa y se los tienes que devolver.
Javier, pedazo imbécil, con ponerle ojitos ya te deja los apuntes.
-Claro, mamá.
-Y, ni que decir tiene que cojas el bocadillo.
-¡Qué sí mamáa!
Bajé inmediatamente al coche y me monté en la parte delantera, dispuesta a llegar al instituto y arrasar otro día más.
Al llegar con mi descapotable ya estaban todos en la puerta esperándome, ah! que bien siente una ser popular.
-Cornelia, hoy estás expléndia- dijo mi amiga Claudia.
-Eso es obvio, siempre estoy perfecta- respondí,además, era verdad.
-Me encantan tus pendientes.
-Gracias Sara.
Mientras íbamos por los pasillos, todos nos miraban e íbamos comentando lo magnífica que iba hoy.
-Cornelia,¿me has traido los apuntes?- Hay estaba Javier, tan cansino como siempre.
-Pues... se me han olvidado- como el bocadillo, bueno ya pasaría por la cafetería y ligaría con el camarero para que me diera de almorzar gratis.
-Pues los necesito para mañana, ¿y si me paso por tu casa hoy a las cinco?
-¿Cómo una cita? Jajaja, que gracioso, tranquilo mañana te los traigo.
-Pero, esque....
-Nene, ¿no la has oido?¡Lárgate!
-Uf, gracias Sara no lo soporto.
Riiiing, el comienzo de las clases, y de un nuevo día en el que arrasaré, o ¿quizás no?
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